Como beauty warrior que soy, tanto por profesión como por ocio, no tengo reparos en probar cosmética de manera constante. Con control, por supuesto. Sin embargo, el sérum con retinol -o, en general, cualquier producto con este ingrediente como fundamento de su INCI- siempre ha sido una fórmula que, por reparo, siempre se me ha resistido. Más que por reparo, por respeto. Por respeto al componente per se, que de por sí presenta ciertas características que lo convierten en un activo peculiar e incluso de alto voltaje para según quién; pero también por el proceso que da comienzo con su aplicación, el cual requiere de una disciplina exacta.
Porque, como es posible que ya sepas, se ha escrito muchísima literatura sobre cómo el retinol, por su poder irritante inicial, puede ser percibido como un ingrediente agresivo (de ahí que la Unión Europea acabe de anunciar una regulación que no permite formulaciones con una concentración de este activo mayor al 0.3% a partir de 2025). Al menos durante el proceso de retinización, aquel periodo de entre 5 semanas -alrededor de un mes- y 12 semanas -aproximadamente 3 meses- en el que el cutis se adapta a este derivado de la vitamina A. Dicha irritación deriva en un enrojecimiento, pero también se advierte de una descamación cutánea, una sensación de hormigueo e incluso picor y cierta sequedad durante el anteriormente mencionado proceso de retinización. Por supuesto, el uso del protector solar se vuelve aún más indispensable, puesto a que también se genera una mayor fotosensibilidad que puede traducirse en una mayor facilidad para sufrir quemaduras leves o la aparición de manchas.
Antes de huir, decirte que ninguna de estas contraindicaciones es grave ni se mantiene durante mucho tiempo, ya que los ‘riesgos’ se minimizan con un uso paulatino en concentraciones in crescendo que le permita a nuestra piel adquirir costumbre y con el seguimiento estricto de unas buenas prácticas. Sin embargo, no podemos hablar de un activo precisamente fácil, como sí lo son la niacinamida, la vitamina E, el ácido hialurónico, el pantenol, el aloe vera o o la manteca de karité.
Todos estos efectos adversos no son en vano, no obstante. Y es que, una vez superada la ‘etapa de duelo’, quienes prueban el retinol no se arrepienten. Esto es porque esta forma molecular de la vitamina A presume de una capacidad imbatible para solventar las mayores preocupaciones cutáneas de los más coquetos: atenúa progresivamente la aparición de arrugas, lucha contra la hiperpigmentación y regenera la tez en ámbitos generales, ya que estimula la síntesis de colágeno y elastina para una piel más uniforme, tersa y sólida; tiene acción seborreguladora, por lo que es ideal para pieles grasas y con tendencia acneica; cuenta con un efecto antioxidante, indispensable para combatir los radicales libres que amenazan la salud de nuestra piel; y refuerza el manto hidrolipídico para optimizar la retención de hidratación. Diríamos de primeras que merece la pena, ¿no es así?
Por todos estos motivos, además de por acercarme a un ritmo galopante a la treintena (una notable mayoría de expertos recomiendan echar mano de este ingrediente entre los 25 y los 30 años), sabía que la introducción de un sérum con retinol a mi rutina de cuidados nocturna era prácticamente inminente. De hecho, hace ya un año que me decidí a dar este paso, pero un brote serio de acné modular me llevó a la toma durante medio año de Dercutane, medicamento a base de isotretinoína, que comparte familia con el retinol pero que presenta mucha mayor potencia y por ello solo puede ser prescrito por un médico; razón por la cual tuve que postergar esta aventura beauty. Aventura beauty que empezó hace dos meses con una fórmula que, spoiler alert, ha desmontado todos mis miedos acerca del retinol.
Aunque tenía varias referencias de sérums con retinol en el radar, tanto investigadas por mí mismo como recomendadas por compañeros y compañeras de la profesión, me decanté por el Retinol Skin-Renewing Daily Micro-Dose serum de Kiehl's, marca con enfoque farmacéutico fundada en 1851 en el neoyorquino East Village. El porqué que me convenció de primeras lo encontré en la etiqueta frontal del frasco, donde el término ‘retinol’ viene acompañado de otros dos ingredientes que me transmitieron cierta tranquilidad: los péptidos y las ceramidas.
¿El motivo? Los péptidos y las ceramidas representan un dueto tremendamente efectivo para contrarrestar las contraindicaciones del retinol que hemos mencionado anteriormente. Por un lado, los péptidos derivan de un encadenamiento de aminoácidos que es efectivo en la lucha contra los signos del envejecimiento cutáneo, pero que también proporciona un efecto calmante que ayuda a mimar las pieles más controvertidas a causa de su sensibilidad o reactividad. Por otro lado, las ceramidas son unos lípidos que se produce nuestro sistema de forma natural cuya función, según explica la española Cantabria Labs, “es unir las células para evitar la sequedad de los tejidos, además de garantizar la barrera de la piel y mantenerla hidratada”. A su vez, la concentración de retinol en este sérum de Kiehl's es de un 0,2%, la más baja de las que se comercializan a día de hoy (recuerda, el tope estará en el 0.3% a partir de 2025), por lo que entendí que no debería haber problemas en una piel que no es particularmente sensible ni que sufre de trastornos cutáneos como la dermatitis y la rosácea.
Aún así, sentí cierto nerviosismo la primera vez que apliqué sobre mi piel el Retinol Skin-Renewing Daily Micro-Dose Serum porque no sabía exactamente cómo iba a reaccionar mi cutis. De primeras, la textura que salió del dispensador me gustó: una crema de color vainilla que, de primeras, no me pareció nada untuosa ni pesada. Así lo confirmé cuando la distribuí por el rostro y el cuello, ya que se absorbió a los pocos segundos sin dejar ni rastro.
Tras finalizar la aplicación, me senté delante del espejo a esperar ante la posible aparición de rojeces, picores o cosquilleos. Mientras tanto, comprobé que mi piel se sentía fresca, reconfortada, unificada (en el sentido de que no se me marcaban los poros ni sacaba a relucir posibles puntos negros), elástica y muy, muy luminosa. Pasaron los minutos y… nada. Ni una sola rojez, ni un solo picor, ni sensación de hormigueo, ni descamación. “A lo mejor ocurre a las horas”, me dije yo con cierta incredulidad, por lo que decidí aplicarme el tratamiento hidratante de noche (entonces la Bonne Nuit de Pai Skincare) e irme a dormir. Al despertarme para ir a trabajar la mañana siguiente y mirarme en el espejo… nada, otra vez. Misma luminosidad y misma sensación de confort, eso sí. A lo mejor era la suerte del principiante.
Cualquier persona en sus cabales habría obedecido las indicaciones de los dermatólogos, que insisten en empezar con el retinol en días alternos durante las primeras semanas para controlar riesgos. Sin embargo, yo me hice el valiente y decidí volver a aplicarme este sérum con retinol la noche siguiente. Consciente de una rebeldía que no recomiendo replicar, pensé para mis adentros: “esto puede salir muy bien o estrepitosamente mal”. Y, de nuevo, salió muy bien: luminosidad, frescura y suavidad in, rojeces, picores y descamación out. 24 horas después de esa segunda noche, repetí… y también se repitió el resultado. Así hasta que, mes y medio después, me vi rebañando hasta la última gota del tratamiento. Fle-cha-zo.
Es ahora cuando comienza la ronda de preguntas: ¿notaste diferencia en las arrugas? ¿te ves menos manchas? ¿notas la piel más tersa? Antes de nada, seré sincero: no puedo hablar de arrugas profundas a mis 28 años. A su vez, para hablar del efecto antimanchas, necesitaría al menos medio año para comprobar resultados evidentes (y lo normal es que en este periodo se incremente la concentración de retinol). Sin embargo, sí he notado la piel más hidratada, acondicionada, refulgente y repulpada. Además, que me parece algo muy importante a tener en cuenta, he podido seguir aplicando los productos de mi rutina que usaba hasta entonces sin problema de incompatibilidades entre ellos -eso sí, ni se te ocurra mezcla vitamina C con retinol, por favor-.
¿Veredicto? Considero este sérum con retinol la alternativa perfecta para principiantes en la materia que, como yo hace un par de meses, sentían cierto respeto por este activo. Al fin y al cabo, es una primera introducción al retinol muy suave -que no por ello menos útil- que ayudará a cualquier piel a acostumbrarse al tratamiento sin ser víctima de sus efectos adversos a la vez que la sublimará y nutrirá por dentro y por fuera. Ah, y una cosa más: no ha pasado día en el que alguien no me haya dicho que mi tez se ve radiante. Tanta gente no puede mentir…
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Cantabria Labs
Endocare Renewal Retinol Serum
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L'Oreal Paris
Revitalift Laser
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CeraVe
Resurfacing Retinol Serum
