Reconozco abiertamente que no supe de la existencia de las gotas bronceadoras -que sí del autobronceador, hermano mayor de esta misma familia cosmética al que sigo mirando con cierto escepticismo por mucho que hayan cambiado las fórmulas y por muy naturales que presuman de ser los resultados a día de hoy- hasta que decidí dejar de tomar el sol hace 3 veranos. Sí, hasta entonces, este servidor era una víctima más de la cultura estética mediterránea que, radicalmente opuesta a la asiática en sus pilares, siempre nos alienta a perseguir los rayos que emanan del astro rey para subir el tono de nuestra tez y, con ello, vernos automáticamente más atractivos frente al espejo. Creencia que, en cierta medida, sigo considerando cierta a título personal.
“Y si así lo crees, ¿por qué te opones a ella?”, te preguntarás. Respuesta fácil: el bombardeo de las campañas de concienciación sobre las consecuencias de la exposición solar han hecho mella en la cabeza de un autoconsiderado beauty warrior. Un convencido beauty warrior de menos de 30 años que, tristemente, ya ha divisado las primeras manchas solares sobre su rostro, noticia que ha generado un replanteamiento sobre cuál es el verdadero precio a pagar por seguir esta norma para cumplir con la belleza canónica.
La apariencia de manchas, una cuestión para muchos fundamentada en la vanidad… y cifras como las siguientes: según estadísticas de la American Cancer Society, el pasado 2023 se diagnosticarán en Estados Unidos alrededor de 97.610 nuevos casos de melanoma (57,120 en hombres, 39.490 en mujeres), el cáncer de piel más común. A su vez, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) advirtió en julio de 2022 de un incremento de la incidencia del melanoma en nuestro país hasta aproximadamente 7.474 casos en dicho año. “Entre 2002 y 2022, la tasa de incidencia anual ajustada por edad por cada 100.000 personas se ha incrementado tanto en hombres como en mujeres. En concreto, ha pasado de 10,5 a 16,3 casos en mujeres y de 10,8 a 14,6 en hombres, lo que supone un incremento anual del 2,5% y del 1,6% respectivamente”, especifica dicha organización. Si bien es cierto que las tasas de mortalidad están cayendo paulatinamente, la prevención es clave y primordial.
Breve guía sobre las gotas bronceadoras para hombre: qué son, cómo se aplican y por qué se convertirán en tu cosmético favorito del 2024
Queda evidente pues que ‘bronceado’ y ‘salud’ no son dos términos afines. Ni siquiera mínimamente compatibles. Todo cambia, no obstante, cuando hablamos de ‘autobronceado’ y ‘salud’, ya que esta es la única vía para disfrutar de los efectos de los rayos de sol en nuestro tono cutáneo sin las dañinas consecuencias del mismo. Es entonces cuando le damos paso a las gotas bronceadoras o tanning drops, una alternativa más sencilla en su uso en comparación con el autobronceador arquetípico. Porque, aunque sean de la misma familia, no hablamos de dos sinónimos exactos.
¿Las diferencias entre las primeras y el segundo? Por un lado, el método de uso: mientras que el autobronceador se distribuye con un guante especial directamente sobre la piel tras una exfoliación anterior prácticamente obligatoria -a la que seguirá, como recomendación, otra posterior días después del procedimiento para terminar de unificar-, las gotas bronceadoras se mezclan primero con la crema hidratante o el sérum de tratamiento para posteriormente aplicar dicha mezcla sobre la piel sin la necesidad de exfoliar (aunque siempre sea recomendable) ni de usar guantes. Por otro lado, el resultado de las gotas bronceadoras presume de ser más natural y de graduación más sencilla, por lo que evita algunas de las catástrofes propias de los autobronceadores. Eso sí, la protección solar sigue siendo obligatoria en ambos casos.
El trasfondo de estas gotas mágicas es cuanto menos prometedor. Al menos a nivel teórico. Sin embargo, los posibles infortunios de la puesta en práctica seguían generándome cierta ansiedad. Hasta que, gracias a un buen amigo, decidí probar unas gotas bronceadoras made in Spain que me fliparon tanto que, desde entonces, las he aplicado sobre mi piel siempre que he echado de menos el moreno estival. Porque ahí está la ventaja definitiva de este cosmético: puedes estar bronceado en cualquier momento del año y sin tomar el sol ni un solo segundo.
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Glow Filter
Sérum autobronceador Perfect Tan (30 ml)
Ronda de presentaciones: el autobronceador en gotas al que hago referencia (y venero, como puedes comprobar) es el Perfect Tan de Glowfilter, marca cosmética valenciana de estética cute y minimalista que se desarrolla bajo una fuerte premisa: comenzar una ‘reglowlución’ en clave natural con productos avalados por expertos dermatólogos y farmacéuticos y aptos para todo tipo de pieles. La idea parte de la influencer Marta Lozano, quien erigió la marca en el año 2020 con la idea de crear todos aquellos productos que ella no lograba encontrar en el mercado. “A pesar de que por mi trabajo he podido probar infinidad de productos de belleza, no lograba encontrar ‘EL’ perfecto para mi piel y estilo de vida”, explicaba Lozano en una conversación con la revista HSM Madrid.
Hecha la primera introducción, regresemos al Perfect Tan. tal y como explica la marca, este elixir es “una textura tipo sérum con un concentrado que permitirá que consigas un tono de moreno natural sin necesidad de estar horas al sol”. Entre sus ingredientes destacamos la dihidroxiacetona (DHA), el componente estrella en cualquier autobronceador extraído de la caña de azúcar; la centella asiática, de efecto cicatrizante; y el aloe vera y la seda hidrolizada, con enorme poder hidratante.
Para probar este tratamiento, las instrucciones son sencillas: solo hay que mezclar entre 4 y 12 gotas de producto (dependiendo de la intensidad que cada cual busque, en una escala en la que 4 gotas corresponde a un bronceado suave, 6 gotas a un tono dorado, 8 gotas a bronceado medio y 12 gotas a bronceado oscuro) con tu crema, sérum o aceite facial predilecto y extender la mixtión de manera homogénea sobre rostro y cuello.
Glow Filter
Sérum autobronceador Perfect Tan (30 ml)
En mi caso particular, considero que es mejor ir lento pero seguro. De ahí que, siempre que he empleado el producto, haya optado por derramar 4 o 5 gotas sobre la palma de mi mano, donde ya he aplicado la cantidad de crema hidratante que voy a repartir por el rostro. Primera aplicación: una piel muy jugosa, pero ningún cambio en el tono. Segunda aplicación: de nuevo, una piel luminosa y una muy ligera subida de tono. Tercera aplicación: piel igual de glowy, pero con un bronceado más perceptible. Cuarta aplicación: una tez visiblemente más morena con un tono muy saludable. No obstante, cada piel reacciona de manera particular, por lo que hay quienes pueden notar los resultados antes.
¿Lo mejor de todo? Ni rastro del bronceado Donald Trump -es decir, naranja- y nada de parches a diferentes tonos. Conclusiones que, uso a uso, mantengo con convencimiento. Es alrededor de la cuarta aplicación cuando los piropos comienzan a llegar, en algunos casos preguntándome con confusión el motivo de mi bronceado, por ejemplo, en meses de frío. Quienes han seguido esta estela tras mis recomendaciones han llegado al mismo término: el moreno que proporciona estas gotas bronceadoras es natural, sencillo y muy sencillo de adaptar. Dejarás de verle el sentido a tomar el sol…
Otros 6 tratamientos de gotas bronceadoras para tener buena cara sin que te roce el sol
St. Tropez
Luxe Tan Tonic Drops (30 ml)
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Charlotte Tilbury
Beautiful Skin Island Glow Easy Tanning Drops (30 ml)
Collistar
Gocce Magiche Viso (30 ml)
Drunk Elephant
D-Bronzi Anti-Pollution Sunshine Drops (30 ml)
Clarins
Addition Concentré Eclat (15 ml)
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Sephora Collection
Self-Tanning Drops (30 ml)
