Entrevista

El final de Shogun, explicado por Tadanobu Asano (Yabushige)

Yabushige, el personaje al que da vida el actor Tadanobu Asano, es clave en la escena final de Shogun y en la revelación de la gran intriga política de la serie. Nos lo cuenta todo sobre el desenlace.
Shogun
Cortesía de FX

Este artículo contiene importantes spoilers del final de Shogun.

Lord Kashigi Yabushige (Tadanobu Asano) tiene una relación única con la muerte. Al principio de Shogun (de FX, en España la emite Disney+), el señor japonés ordena que hiervan vivo a uno de los ingleses que navegaban con John Blackthorne (Cosmo Jarvis) para entender mejor los gritos y el sufrimiento del hombre. Más tarde, en una misión de rescate para salvar a un marino español, casi se suicida por la vergüenza de la perspectiva de ahogarse. Durante el resto de la miniserie, debatiéndose entre lealtades y manipulando a sus subordinados, Yabushige imagina, clasifica (para él, romperse la cabeza contra una roca es “peor que que te hiervan, pero mejor que ser comido por los perros”) y maniobra en torno a las diversas formas en que su vida podría acabar.

"La muerte es el momento más importante que vivimos como seres humanos", cuenta Asano a GQ durante una reciente llamada de Zoom. "Cuando una persona está a punto de morir, Yabushige siempre piensa: ¿Qué va a decir? ¿Qué piensa? ¿Cómo va a mostrar su verdadero rostro?".

En El sueño de un sueño, el solemne final de la serie, Yabushige por fin lo entiende. Después de que la traición del escurridizo samurái conduzca al trágico sacrificio de Mariko (Anna Sawai), Lord Toranaga (Hiroyuki Sanada) castiga el engaño de su viejo amigo condenándole a cometer seppuku, una forma digna de quitarse la vida. Casi al final del episodio, los dos se reúnen al borde de un remoto acantilado donde Yabushige lee a su sobrino un poema final, deja a otro vasallo su testamento vital y luego acepta lo inevitable. Se sienta, desenvaina su espada y se apuñala el vientre antes de que Toranaga le rebane la cabeza y vea cómo su cuerpo cae por las rocas.

Pero el final de Shogun es algo más que un sacrificio. En los momentos previos a la muerte de Yabushige, Toranaga desvela por fin su plan maestro para hacerse con el control de Japón. En una serie de flashbacks y flashforwards, el señor feudal explica que la muerte de Mariko sirvió para revelar el liderazgo tiránico de Ishido (Takehiro Hira) y, posteriormente, convencer a Lady Ochiba (Fumi Nikaido) para que cambiara la lealtad de su joven heredero hacia Toranaga. Como resultado, los ejércitos aliados de Ishido se unirán al bando de Toranaga, dándole la ventaja y la autoridad para gobernar desde Edo como shogun. Es un encuentro culminante sereno, apropiado para una serie que se ha basado más en la política sutil y en la narración de personajes que en el espectáculo. Este esperado diálogo final se desarrolla de forma algo desenfadada, como una última charla entre dos amigos cuyas vidas se separaron gracias a Blackthorne, pieza de ajedrez instigadora que Toranaga admite que solo mantuvo a su alrededor para su propia diversión.

El significado del final de Shogun

"Yabushige disfruta ese momento", explica Asano. "Tiene la oportunidad de hacer las preguntas que le rondan por la cabeza de verdad, y Toranaga tiene realmente la libertad de revelarle sus verdaderas intenciones y planes. Fue muy fascinante poder interpretar a un hombre así".

Asano sabía que sería una escena difícil de interpretar: tenía que poner el broche de oro a su relación con Toranaga y explicar cómo se desarrollaría la inevitable guerra. El actor pasó semanas leyendo el guion "una y otra vez" y reescribiendo fragmentos de diálogo con el cocreador y showrunner de la serie, Justin Marks, tratando de destilar la esencia de su idiosincrásico antihéroe, cuyas constantes intrigas y expresiones exasperadas le dan alma a Shogun.

"Fue una tarea compleja para mí", continúa el actor. "De 100 samuráis, 99 pueden ser inflexibles y absolutos en su lealtad hacia su señor. Pero a Yabushige le interesa controlar al señor al que jura lealtad. Es una mentalidad muy diferente".

Al principio de la escena, Yabushige entrega un poema a su sobrino Omi (Hiroto Kanai) con indicaciones en las que renuncia a la cremación para que su cuerpo acabe en la barriga de un perro. Consciente de que su muerte estaba siempre a la vuelta de la esquina, Yabushige se esfuerza por marcharse por todo lo alto y forjar su propio camino, incluso en el suicidio. "Creo que es una especie de espíritu libre, en contraste con los otros samuráis, que dicen: ‘Oh, es un gran honor servirle", cuestiona Asano: "Él piensa: ’Uf, a esta gente le han lavado el cerebro".

Para la última escena entre Yabushige y Toranaga, Sanada construyó todo el diálogo en japonés a partir del inglés escrito por Marks, apoyándose en su historia compartida con Asano (ambos trabajaron juntos anteriormente en varios proyectos, incluidas las producciones de Hollywood Mortal Kombat y 47 ronin) para cargar el peso de ese momento. "Fue fácil comunicarnos y creer el uno en el otro en la vida real, así que nos vino bien esa química", comenta Sanada en otra llamada. "Fue como ser Toranaga. Estaba en el set y contaba la historia desde el fondo de mi corazón".

La relación entre Yobushige y Toranaga

"Intentamos aprovechar todas las ideas que se nos ocurrían", cuenta Asano. "Cada momento que teníamos en el rodaje, lo aprovechábamos al máximo". Eso incluye la sonrisa socarrona que Yabushige le dedica a Toranaga justo después de perforarse el estómago (y justo antes de perder la cabeza). "Yabushige no es un samurái típico, así que intentamos encontrar su propia forma de encajar con su personaje y diferenciarlo del seppuku de Hiromatsu", dice Sanada, refiriéndose al segundo al mando de Toranaga. "Le recomendé que se sentara en el suelo, como un niño que mira el océano". Asano no recuerda a quién se le ocurrió lo de que Yabushige sonriera, pero dice que "todo el mundo estaba tan implicado con el personaje que todos aportaron ideas".

A medida que ha evolucionado la serie, Yabushige se ha convertido en uno de los personajes favoritos de los fans, gracias a su personalidad endiablada y a sus intereses personales, que le permitían intrigar a ambos bandos de la cúpula guerrera de Japón. A veces brutal y tontamente miope, su naturaleza carismática y antagonista lo ha consagrado como un atractivo natural para el público de la ficción. "Siempre pienso en la esencia de los personajes villanos", dice Asano. "Lo único que desean es ser queridos, así que actúan por ese deseo, y por eso la gente los percibe como si tuvieran unos cuantos tornillos sueltos o fueran muy excéntricos".

Aun así, a pesar de la traición de Yabushige, Sanada cree que sin su papel al precipitar la desafortunada muerte de Mariko, tal vez nunca habrían convencido a Ochiba para ponerse del lado de Toranaga, una perspectiva de juego a largo plazo que arroja un resquicio de esperanza sobre las reprobables decisiones que toma el señor de la guerra. "Quizá Yabushige fue útil para la estrategia de Toranaga", dice Sanada, antes de admitir: "Pero tenía que morir".

Tras varias décadas actuando en producciones japonesas y americanas, Asano quedó asombrado por la envergadura de la miniserie. El numeroso equipo, el vestuario y los decorados "superaron mis expectativas", reconoce, "y realmente pudimos hacer todo lo que nos propusimos". Los 11 meses de rodaje en zonas remotas de la Columbia Británica también dieron al reparto mucho tiempo para asimilar y encarnar la vida interior de sus personajes.

Asano puede dar fe de ello. Afirma que, en el transcurso del rodaje, la lluvia constante y el aislamiento del set alimentaron su depresión estacional y le hicieron entrar en un estado de "infantilismo" y confusión mientras "intentaba enfrentarse solo al personaje de Yabushige". La combinación le ayudó a meterse aún más en la cabeza de su personaje, aunque tal vez molestó a parte del equipo. "Si tuviera que aprender alguna lección de esta experiencia, sería que siempre hay que portarse lo mejor posible".

Este artículo se ha publicado originalmente en GQ.com.