El 12 de abril de 1954, Bill Haley and his Comets grabaron en los estudios Pythian Temple de Nueva York Rock Around the Clock, un tema que había sido compuesto dos años antes por Max C. Freedman y James E. Myers (con el pseudónimo de Jimmy De Knight) y que todavía tardaría varios meses en convertirse en el éxito que es a día de hoy. A continuación repasamos algunos hechos relacionados con este clásico de la música popular.
Antes de seguir adelante es momento de aclarar conceptos: Rock Around de Clock no significa Al compás del reloj, ni Alrededor del reloj, ni Dando vueltas al reloj, ni El reloj del twist, ni Rock and Roll del reloj ni otros títulos alternativos con los que este tema está registrado en los archivos de la Sociedad General de Autores (SGAE). Rock Around the Clock es, sencillamente, una frase hecha que en inglés significaría más o menos “Rockanrolear a todas horas”.
Apenas unas semanas después de su grabación, el 20 de mayo de 1954, se publicó en el sello Decca el single de Rock Around the Clock que, curiosamente, apareció como cara B. El productor de la compañía discográfica, Milt Gabler, se empeñó en que la canción que debía ir en la cara A era Thirteen Women (And Only One Man in Town), que tampoco está mal, pero que no deja de ser un tema a medio tiempo más indicado para señores de mediana edad que para adolescentes en plena expresión hormonal, que fueron los que, finalmente, convirtieron el tema en un éxito internacional.
“Todo lo que no es tradición es plagio”, afirma un aforismo y lo cierto es que Rock Around the Clock se parece mucho a canciones como, por ejemplo, Around the Clock Blues, de Big Joe Turner, y a Move It On Over, de Hank Williams. Tratándose de dos grandes de la música popular estadounidenses, se puede decir que la canción de Bill Haley and his Comets es más bien tradición.
El 12 de marzo de 1955 se estrenó en Estados Unidos The Blackboard Jungle, traducida en España como Semilla de maldad. La película, basada en la novela del mismo título de Evan Hunter, dirigida por Richard Brooks y protagonizada por Glenn Ford y Sidney Poitier, narraba la historia de un exmilitar que, al finalizar la guerra mundial, encontraba trabajo en un instituto cuyos alumnos eran verdaderos delincuentes juveniles. Unos degenerados que vestían pantalones vaqueros, fumaban, bebían, querían sexo y, además, escuchaban esa música salvaje llamada rock and roll. De hecho, para remarcar más este último aspecto, Richard Brooks decidió abrir la cinta justamente con Rock Around the Clock, que sonaba durante los títulos de crédito.
Richard Brooks, que en el momento de rodar la película tenía ya cuarenta y cuatro años, no era precisamente una persona familiarizada con los intereses y gustos de los adolescentes. De hecho, tuvo bastantes dificultades para encontrar las canciones que necesitaba para la película hasta que, durante una reunión preparatoria de la película en casa de Glenn Ford, el actor le sugirió llamar a su hijo Peter para que le prestase algunos de sus discos, entre los que estaba Rock Around the Clock, y ayudarle así a resolver el problema. Convencido de que el tema de Bill Haley funcionaría, Brooks se puso manos a la obra para solicitar los permisos. Decca aceptó cederlos por 5.000 dólares pero, como nunca habían tenido demasiada fe en la canción, le propusieron al realizador que por 2.500 dólares más, se podía quedar con los derechos de por vida. Sin sospechar lo que pasaría después, Brooks dijo que no.
“Recuerdo haber ido a ver Blackboard Jungle. Cuando los títulos aparecieron en la pantalla, Bill Haley & His Comets explotaron: ‘One Two Three O’Clock, Four O’Clock Rock’. Los niños nunca habíamos escuchado rock a semejante volumen. Recuerdo que me quedé asombrado”, recordaba Frank Zappa , que continuaba: “En pequeñas y sucias habitaciones de adolescentes de todo Estados Unidos, los niños se apiñaban alrededor de radios viejas y tocadiscos baratos escuchando la ‘música sucia’ que describía su estilo de vida. ‘Baja el volumen’, decían los padres. Pero en el cine, viendo Blackboard Jungle, no podían decirte que lo bajases. Me daba igual si Bill Haley era blanco o si era sincero al tocar eso... estaba interpretando el Himno Nacional Adolescente, y sonaba a tal volumen que no paraba de saltar arriba y abajo”, concluía Zappa.
El éxito de Rock Around the Clock hizo que, en 1956, el realizador Fred F. Sears filmase una película del mismo nombre protagonizada por Bill Haley & His Comets y en la que también participaban otros grupos de la época como The Platters o el disc jockey Alan Freed. Cuando tenía 15 años, John Cale acudió al cine a verla con sus amigos que, cuando comenzó a sonar el tema que daba título a la película, corrieron hacia la pantalla para ponerse a bailar. “Después de eso me quedé muy confundido. ¿Qué era lo que realmente quería? ¿Explorar las vanguardias musicales o meterme a fondo con el rock and roll?”, comentaba el miembro de The Velvet Underground que, finalmente, pudo combinar ambas cosas.
La inclusión de Rock Around the Clock en Semilla de maldad hizo que Bill Haley se convirtiera en una estrella de la noche a la mañana, hasta el punto de ser el primer músico de rock que actuó en el show de Ed Sullivan. Sin embargo, coincidiendo con el éxito, comenzó la decadencia. Cuando alcanzó la cima de popularidad, Haley ya tenía treinta años, quince más que muchos de sus seguidores y seguidoras. Además mostraba signos de alopecia y un físico no precisamente esbelto. Detalles que no encajaban con la estética que de la juventud estaban dando los medios de comunicación a través de revistas, programas de televisión o películas. Cuando se quiso dar cuenta, nuevos ídolos como Elvis Presley habían ocupado su lugar. Como falleció en 1981, Haley tampoco tuvo la suerte de Roy Orbison, que pudo relanzar su carrera cuando esos jóvenes a los que él les parecía muy viejo en su momento, ya no se preocuparon tanto por la imagen como por la música.
La British Invasion, la psicodelia, el glam o el rock pesado hicieron que, a finales de los sesenta, Rock Around the Clock fuera una suerte de fósil musical que un Bill Haley derrotado y alcoholizado se empeñaba en desenterrar (o le demandaban que desenterrase) cada cierto tiempo. Sin embargo, en 1973, el tema volvió a entrar en las listas de éxitos de forma natural. La razón fue, de nuevo, el estreno de una película. En este caso, American Graffiti de George Lucas, cuya banda sonora incluía la canción.
Se estima que el single de Rock Around the Clock llegó a vender más de veinticinco millones de copias en todo el mundo. También suele afirmarse que en algún lugar del mundo suena el tema cada minuto. No obstante, esta última afirmación suena un tanto exagerada porque, de ser así, solo sonarían en el mundo Rock Around the Clock, Yesterday y Cumpleaños feliz.
En 2018, la Librería del Congreso de Estados Unidos incluyó una copia de Rock Around the Clock en su registro nacional de grabaciones por su importancia cultural, histórica y artística. Por su parte, la revista Rolling Stone, que la había incluido en sus listas de canciones más importantes de la historia del pop, la sacó de ese listado en 2021. Cosas de modernos.
A pesar de que sus últimos años no fueron envidiables, aquejado de un grave alcoholismo y problemas de demencia, posiblemente consecuencia del tumor cerebral que le provocó la muerte, Bill Haley siempre fue una estrella del rock and roll. Para remarcar este hecho, en 2006, un cuarto de siglo después de su muerte, la International Astronomical Union decidió denominar a un asteroide con el nombre de 79896 Billhaley.
