Historia

Spam en la bandeja de entrada: 30 años del primer correo basura

Según los expertos en internet, en abril de 1994 se produjo el primer envío de un correo no deseado. O, como se conoce popularmente, de spam.
Imagen de un correo spam siendo enviado a la papelera de reciclaje.
A la papelera de reciclaje directo.Fairfax Media/Getty Images

En julio de 1994, Jane Metcalfe, cofundadora de Wired, hablaba en The New York Times del lanzamiento de Hot Wired, la versión digital de su publicación. “Hot Wired tiene información original que no está en la revista. Es un medio complementario pero también paralelo. La revista es un formato indicado para nuestras historias de 15.000 palabras. Hot Wired, sin embargo, tiene piezas de información más breves”.

Aunque Hot Wired no empezaría a funcionar hasta septiembre de 1994, tres meses antes del lanzamiento ya contaba con 35.000 usuarios inscritos, a los que se les había advertido que la versión online de la revista contendría publicidad a través de banners, formato comercial que, si bien por entonces era innovador, resultaba tan molesto como ahora. “Ofrecemos Hot Wired de forma gratuita, pero la única forma de hacerlo es mediante publicidad”, comentaba Metcalfe que, cuando era preguntada por cómo se habían tomado los suscriptores esa noticia, reconocía que se habían sentido molestos, especialmente porque estaba muy reciente "el episodio de Canter & Siegel, los abogados que enviaron spam a Usenet para hacer publicidad. Era un método muy intrusivo de transmitir un mensaje".

Con esas palabras, Metcalfe hacía referencia al que se considera el primer correo electrónico spam de la historia. Un envío masivo realizado por Canter & Siegel, un despacho de abogados de Arizona, para promocionar sus servicios de cara a conseguir la Green Card, documento que permite la residencia permanente en Estados Unidos.

“Green Card Lottery: Final One?”, algo así como “Sorteo de green cards: ¿el definitivo?”, era el contenido del mail enviado por Canter & Siegel que, para poderlo llevar a cabo, tuvieron que contratar expresamente a un programador que publicó el anuncio en más de cinco mil foros, lo que llegó a colapsar los servidores del proveedor de internet de bufete que, pocos días después, procedió a anular el contrato con Canter & Siegel, con el consiguiente enfado de los abogados.

“Lo que nos molestó fue que siempre supieron lo que estábamos haciendo antes de que lo llevásemos a cabo”, recordaba Canter en una entrevista en la web CNet, en la que, continuaba: “Inicialmente, nuestra preocupación era que sus servidores no pudieran manejarlo porque sabíamos que se generarían enormes cantidades de tráfico, tanto por gente interesada como por personas enfadadas. Sin embargo, ellos estaban eufóricos al garantizarnos que sus servidores podían gestionarlo sin ningún problema". No fue así. Alrededor de 25.000 y 50.000 correos electrónicos se quedaron sin enviar por el colapso de los servidores. "Algunos meses después nos dieron un disco duro en el que estaba todo eso, pero nunca logramos extraer los datos del mismo”, recordaba Canter.

Abogados y cómplices

Laurence A. Canter y Martha S. Siegel eran un matrimonio que compartía la titularidad de un despacho de abogados en Phoenix, Arizona, especializado en trámites de inmigración, servicio con una alta demanda en Estados Unidos. Cuando internet aún estaba en pañales, Canter comenzó a participar en grupos de Usenet, donde pudo comprobar el enorme interés de muchos de los usuarios por resolver dudas relacionadas con la Green Card.

“Para lo que estábamos haciendo en aquel entonces, internet parecía una vía de contacto lógica porque todavía era territorio de los técnicos y de la gente del mundo académico. Muchos de ellos, al menos en Estados Unidos, habían nacido en el extranjero y, por lo tanto, eran nuestro público objetivo”, explicaba Canter durante su entrevista para CNet, en la que, en cierta manera, se autoexculpaba de las acusaciones de haber hecho un uso impropio de la herramienta o haber invadido la intimidad de los usuarios: “Lo que realmente existía en Usenet estaba muy lejos de lo que está sucediendo hoy con el spam de correo electrónico. En realidad, no estábamos invadiendo el dominio privado de nadie”.

A pesar del malestar generado, Canter y su esposa comprobaron que su estrategia había surtido efecto. “Probablemente ganamos entre 100.000 y 200.000 dólares”, recordaba Canter que, no conforme con ello, llegó a escribir junto a Siegel el libro Cómo hacerse rico con las autopistas de la información y a abrir una asesoría para orientar a sus clientes sobre comercio electrónico y campañas publicitarias en internet, aunque con poco éxito.

Puede parecer anecdótica, pero la actitud del matrimonio generó toda una revolución en internet, empezando por el desarrollo de software destinado a bloquear ese tipo de correos masivos, que comenzaron a ser utilizados por otros empresarios. Tanto es así que, cuando proliferaron las cuentas de correo personales, el 85% de los mensajes que se recibían en la bandeja de entrada eran spam. Una situación que provocó que las autoridades también comenzasen a regular esas prácticas, hasta el punto de sancionar al propio Canter. En 1997, el abogado fue inhabilitado para el ejercicio de su profesión por la Corte Suprema de Tennessee, acusado de realizar prácticas publicitarias ilícitas a través de internet. Una sentencia que le convirtió también pionero en lo que se refiere a las sanciones legales sobre este tipo de comportamientos.

Ñam, ñam.

David McNew/Getty Images
Y a todo esto, ¿por qué “spam”?

Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa estadounidense Hormel Foods Corporation surtió a las tropas británicas y soviéticas de una carne de cuestionable calidad, pero que resultaba muy útil en tiempo de guerra por su facilidad de transporte, almacenaje y conservación, ya que se comercializaba en lata. Su nombre era SPAM: según unas fuentes, es la unión de las sílabas “SPiced hAM” (algo así como “jamón especiado”) y, según otras, el acrónimo de “Shoulder of Pork And haM” ("paletilla de cerdo y jamón").

En todo caso, la dudosa calidad del producto también ha dado lugar a ingeniosas fórmulas como “Squirrel, Possum, And Mouse” ("ardilla, zarigüeya y ratón"), “Spare Parts Already Minced” ("restos previamente picados"), “Something Posing As Meat” ("algo que pretende pasar por carne"), “Specially Processed Artificial Meat” ("carne artificial especialmente procesada") o “Sizzle Pork And Mmm” ("Cerdo chisporroteante y mmm"). Si esta última frase resulta más amable que las demás, es por haber sido creada por los propios responsables de SPAM que, conocedores de las bromas que se hacen a costa de su producto, la han incluido en la página de apertura de la web de la marca.

Finalizada la guerra, Hormel Foods Corporation comenzó a distribuir SPAM en todo el mundo, incluida Gran Bretaña, como si los ingleses no hubieran tenido ya bastante con los bombardeos de la Luftwaffe y la postguerra. Un hecho que hace pensar que varios, por no decir todos de los miembros de los Monty Python, comieron SPAM alguna vez en su infancia o adolescencia. De hecho, fueron ellos los que popularizaron la marca a través de un sketch del Monty Python’s Flying Circus, en el que a una pareja que acudía a un restaurante, el camarero solo le ofrecía platos que contuvieran SPAM, mientras un grupo de vikingos presente también en la escena, entonaba una canción cuya letra repetía continuamente la palabra SPAM.

Cuando llegó el momento de calificar esos mensajes sin interés y no deseados, incluso unos años antes de la hazaña de Canter & Siegel, los internautas se decantaron por el término “spam”, algo que, lejos de molestar a los responsables de Hormel Foods Corporation, ha sido aprovechado para popularizar la marca. En la actualidad, además de comercializar su conocida carne en lata, SPAM ha abierto un museo que recorre la historia del producto desde su lanzamiento en 1937, pasando por su papel en la Segunda Guerra Mundial, el sketch de Monty Python, el musical Spamalot o los correos basura. Además, como todo buen museo que se precie, tiene una tienda de recuerdos en la que es posible comprar todo tipo de productos con el reconocible logotipo de SPAM. Por ejemplo, juguetes, accesorios de cocina, delantales o sudaderas, ideales para epatar a los colegas en una velada de stand-up comedy o escandalizar a los miembros de una sociedad gastronómica.