Hay pocas cosas que Pharrell y Beyoncé no puedan hacer y alzar la estética vaquera o Cowboycore como la nueva gran tendencia de este año parece ser su nueva misión, por lo que id desempolvando los cinturones de hebillas gargantuescas y las botas con espuelas porque se viene una temporada ranchera. ¿No nos crees? Sólo llevamos dos meses en lo que va de año y la ropa del Salvaje Oeste ya camina por las pasarelas de las firmas más prestigiosas y la música country está ganando números en plataformas como Spotify a pasos agigantados.
El momento más significativo que evidencia este cambio de paradigma hacia el rancho fue la segunda colección de Pharrell Williams como director creativo de Louis Vuitton. La colección masculina de otoño de 2024 de la maison francesa era uno de los shows más esperados (sino el que más) de la Semana de la Moda de París este enero y el artista sorprendió a todos con una fiesta en honor al jinete sureño. Por su parte, Beyoncé asistió a los Grammy con una chaqueta a medida de esa misma colección, pañuelo al cuello y un sombrero vaquero blanco, en una estética que ha repetido en sus ultimas apariciones y que, acompañada de sus últimos singles "Texas Hold' Em" y "16 Carriages", sirve como preludio temático de su siguiente trabajo: un álbum de country.
Que en Estados Unidos está en el centro del juego cultural ya es toda una realidad. En esa misma gala de los Grammy Post Malone lució un atuendo de inspiración country, con una corbata de bolo turquesa y unos vaqueros Wrangler, y cantó una versión folk-acústica de "America the Beautiful". Traci Chapman y Luke Combs cantando su versión country de “Fast Car” fue otro de los momentos más destacados de la velada. Lana del Rey ha anunciado un nuevo trabajo de la misma índole y la coronación de Taylor Swift como la artista más escuchada del año pasado sentencia esta nueva realidad. No se debería obviar tampoco el auge de los corridos y la influencia mexicana en la música popular con artistas emergentes como Peso Pluma rompiendo todas las lista de reproducciones.
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Si nos alejamos un poco y vemos todo esto con perspectiva, lo cierto es una movimiento que se lleva cocinando unos cuantos años. Cuando Lil Nas X hizo su primera aparición con su rotundo éxito “Old Town Road” prendió la mecha de esta tendencia en la cultura popular que se conoció como la Agenda Yeehaw de 2019. Numerosos artistas y celebridades comenzaron a inspirar su vestimenta, su música o su actitud en la cultura cowboy. Lo curioso de este asunto es que la comunidad afroamericana fue su principal instigadora, en una manera de reposicionar a los hombres y mujeres negros en ese imaginario sureño.
La historia del country se sustenta en parte, en la apropiación cultural y el blanqueamiento de una etapa en la que 1 de cada 4 vaqueros eran negros. No es casualidad por tanto que Pharrell y Beyoncé (ambos afrodescendientes) hayan cogido el testigo de esta tendencia y traten de reformularla. Tampoco es sorpresa que se estén encontrando con cierta resistencia. La emisora de radio country de Oklahoma, KYKC, se negó a poner el nuevo single de Queen B aún cuando los oyentes lo pidieron. Tras una avalancha de solicitudes terminaron cediendo pero ejemplifica esa resistencia ante el cambio de paradigma.
Porque este nuevo Cowboycore ha trascendido la figura del tío duro del western al estilo John Wayne para identificarse más con Pedro Pascal y Ethan Hawke en Extraña Forma de Vida o con el Django de Jamie Foxx. La diversidad sexual y la multiculturalidad silenciada pero inherente a la vida en la frontera del siglo XIX se ha abierto paso y ha desbloqueado un nuevo arquetipo con el que la moda puede jugar a su gusto, y vaya si lo está haciendo.
Ya el año pasado vimos algunos retazos de que el lazo y el caballo estaban acercándose lentamente a la alta moda. En los desfiles de otoño 2023 de la Semana de la Moda de Copenhague, varios diseñadores ofrecieron estampados vaqueros, sombreros y botas, entre ellos Remain, Rotate y OpéraSport. El uso polivalente que Glen Marten hace del denim también ha ido acercando a Diesel (firma súpercandente y en el ojo de los más jóvenes) a la estética vaquera, y la siempre divertida Casablanca hasta montaba un pequeño establo con sus corceles y todo en su colección de Primavera 2023, la cual estaba totalmente inspirada en una colorida versión del cowpoke. Incluso cadenas de moda tan populares como Pull&Bear, ya flirteaban con la temática el año pasado (de hecho, acaban de sacar una nueva colección de este estilo colaborando con la icónica marca de vaqueros Lee).
El diseñador californiano Willy Chavarria ha vuelto a usar sombreros vaqueros como acento en su desfile de Otoño/Invierno 2024, con varios vaqueros chicanos aquí y allí. NIGO, íntimo amigo de Pharrell, también ha coqueteado en su papel de director creativo de KENZO con el doble denim, las capas de flecos y las botas tejanas. Piel y y cuellos de borreguillo en las cazadoras de Dsquared2, que se alejan de la estética de piloto gracias a las bandanas o a las botas con fuerte tacón. Y como pasar por alto la colección Resort de Balmain, en donde Olivier Rousteing se ha sacado de la manga un cowboy sofisticado y terriblemente glamuroso, con unas botas estilizadas botas de inspiración western que quitan el hipo.
Por su parte, las calles no hacen otra cosa que confirmar esta tendencia amante de las corbatas de bolo (Prada tiene la suya) o los looks total denim. En las Semanas de la Moda que llevamos de 2024 hemos visto mucha inspiración vaquera combinada con multitud de estilos. En Tik-Tok, las búsquedas sobre el cowboycore se multiplican cada día y la Generación Z ya ha conseguido encontrar el foco Y2K, sacando referencias dosmileras como los outfits de las camareras del Bar Coyote, de Madonna en Music o incluso de Pasión de Gavilanes. Y ni que decir tiene que los nombres a la cabeza de cualquier nueva corriente estilística ya se han subido al carro: Harry Styles, Bella Hadid, Kim Kardashian, Emily Ratajkowski o Rihanna (y sus sombrero personalizados de Aspen Kemosabe).
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Pese a que ya hemos comprobado que son muchos los factores que están incitándote a ponerte el sombrero y sacar las espuelas, resulta fascinante comprobar que solo hacen falta dos nombres para encender la chispa. Por supuesto, no resulta tan chocante si son los nombres de dos individuos tan influyentes como los de Pharrel y Beyoncé. Una tendencia con este registro y este alcance potencial podría convertirse en todo un movimiento estilístico a lo largo de este año, aunque por otro lado, es una estética tan marcada y concreta que puede fatigarse rápidamente. Como siempre el tiempo lo dirá, pero yo por si acaso ya estoy comparando precios para hacerme con buen Stetson, no vaya a ser.
