¿Existe una clave para evitar peleas con la pareja? Sí. Existen unas cuantas en realidad, aunque la fundamental siempre es tomarse un tiempo antes de hablar de temas delicados para evitar la escalada de tensión.
Porque la realidad es que las peleas pueden evitarse, pero las discusiones no. Son dos cosas distintas, se puede discutir sobre un tema de forma sana y productiva sin que eso se transforme en una pelea porque ninguna de las dos partes es flexible ni tampoco escucha realmente a la otra persona.
Las parejas discuten, eso de que las que son felices nunca lo hacen es un mito que no debemos creer. La cuestión es la forma en que lo hacen, y los expertos saben qué hay detrás realmente.
Según la psicoterapeuta Kelli Miller, la clave para evitar peleas con la pareja solo lleva 30 segundos y se basa en un cambio de mentalidad que debe entrar en funcionamiento cuando ocurre algo que nos ha molestado, por ejemplo.
Ella lo llama “asumir intenciones positivas” y es tan simple como pararse un momento a pensar y ponerse en los zapatos de la otra persona. Imagina por ejemplo que tu pareja llega tarde a la cita, o tiene que cancelarla y evidentemente es algo que te enfada. O ha ocurrido cualquier cosa que te ha sentado mal. Antes de perder la cabeza, la experta recomienda “dar el beneficio de la duda” a nuestra media naranja.
¿Cómo hacemos esto? Muy sencillo, recordar que al igual que tú quieres a tu alma gemela e intentas hacerla feliz, lo mismo hace ella. A veces se cometen errores o no se puede conseguir todo, pero no significa que busquen hacer daño o que no sientan lo mismo que uno. Seguro que tú también has cometido fallos y no por ello tus sentimientos han cambiado.
Según Miller, para conseguirlo hay que ponerse en los zapatos de la otra persona y adoptar su punto de vista sobre lo sucedido. Pensar en si el asunto en cuestión ha sido a propósito o no y si la respuesta es afirmativa entender por qué. Y si no se pueden asumir esas intenciones positivas, intentar que al menos sean neutras.
¿Qué se consigue con eso? Minimizar el enfado, la frustración y ser más compasivos con la otra persona, una característica esencial para que una relación pueda ser feliz, sana y para toda la vida incluso con los altibajos que esta siempre trae. ¿Pondrás a prueba esta práctica si no lo has hecho ya?
