Si crees que no hay vida más allá de los jerséis de hombre básicos, de carácter minimalista y de diseño ultradepurado, piensa de nuevo. Sin desmerecer, claro, a estos ejemplares más atemporales que nos proporcionan la solución ante cualquier fashion drama de último minuto porque, ya sabes, lo perenne siempre goza de buena crítica. Aquellos modelos que, independientemente de que hayan transcurrido dos semanas o 10 años, conservan su vigencia sin temor a que una tendencia fugaz se la arrebate. Piensa en el jersey de cuello redondo, la versión elevada de la sudadera de algodón básica que nuestros antepasados nunca pensaron ver fuera de los centros deportivos; y en el jersey de cuello alto, prenda de aire intelectualoide y existencialista que une a todos y cada uno de los hombres mejor vestidos del globo terráqueo.
Sin embargo, nuestra guardarropía también precisa de ciertos caramelos con los que poder experimentar en pro de posicionarse como un referente en tendencias -todo aquel que tenga interés en ello, claro-. Caramelos que recogemos de la pasarela global, aquella que mueve la batuta para dilucidar nuestra vestimenta en la temporada, y que aporta acentos a nuestro vestir con los que marcar la diferencia sobre el rabioso asfalto. Porque invertir en lo perpetuo, como podría ser un armario cápsula, puede resultar la decisión más inteligente a medio y a largo plazo, pero no podemos olvidarnos de que la moda también representa un vehículo hacia el divertimento que nos ayuda a escapar de una realidad muchas veces cruel e incluso a inyectarnos una dosis añadida de autoestima y seguridad.
La conclusión es, por tanto, clara: sí hay vida más allá de los jerséis de hombre básicas. Una vez repasados los desfiles de cada capital de la moda a nivel mundial, podemos recoger tres modelos concretos cuya viralidad sobre la pasarela merece reconocimiento. Con cualquier ejemplar de esta triada -o directamente con todos ellos-, tu ingreso en el clan de los hombres que saben de moda está más que asegurado. Y con permanencia, nos atrevemos a añadir.
El jersey estampado o el libre albedrío hecho prenda de punto
De Milán a Nueva York pasando por París y Londres, el veredicto parece ser unánime: el jersey estampado es el modelo claramente predilecto sobre las pasarelas orquestadas por las altas esferas de la moda. De esta manera, el emblema del punto es concebido como un lienzo en blanco en el que los creadores de la industria, cada cual con su inspiración, contexto y mensaje; encuentran una posibilidad de plasmar su creatividad en su máxima expresión.
Creatividad que, dicho sea de paso, no se guía siempre por un mismo patrón. ¿En qué sentido? Fácil: la diversidad de estampados plasmados sobre esta prenda es prácticamente infinita. Porque encontramos los patrones más comunes (piensa en las rayas en diferentes direcciones, los cuadros en todas sus versiones y los rombos preppy) en las propuestas de Jordanluca, Federico Cina, K-Way, Casablanca y Dior Men, pero también el estampado alpino heredado del après-ski, como en Charles Jeffrey Loverboy, Bode, Closed y Brunello Cucinelli; representaciones más arty, como en Egonlab, Walter Van Beirendock, Alexander McQueen y Etro; e incluso de aire psicodélico, como en Taakk e Isabel Marant.
El jersey de ochos o cuando el marinero se metamorfosea en un urbanita
El jersey de ochos o trenzado, formalmente denominado jersey Guernsey o Aran (en su origen se diferenciaban por la complejidad de su patrón, más sencillo en el primero y más exagerado en el segundo), es oriundo de aquellos puertos marítimos donde la humedad y la sensación de frío generada por esta misma obligaba a los profesionales de la pesca a ataviarse con un jersey de grosor evidente en materiales naturalmente aislantes como la lana animal.
Sin embargo, desde que este se convirtiera en una prenda de sport para vestir elegante pero sin rozar la más alta etiqueta durante las actividades de ocio y fuera vestido por grandes iconos como Steve McQueen y JFK, la gran ciudad es su segundo hábitat natural. Por no hablar de la pasarela, donde este modelo ha recorrido kilómetros incansablemente gracias a las interpretaciones de 8IGB Community Clothing, Isabel Marant, Martine Rose y Mihara Yasuhiro. ¿La curiosidad? Si bien algunas firmas siguen apostando por la atemporalidad inherente de esta prenda mediante tonos neutros y fits convencionales, como ocurre con Undercover y Gabriela Hearst, otras se rebelan contra lo previamente establecido al apostar por colores inesperados y cortes diferentes.
El polo de punto en su versión más cozy
Sí, la versión primigenia del polo -que, de nuevo, no nace precisamente como una prenda para vestir en el día a día- se caracterizaba por unas mangas cortas que fueron incorporadas a su diseño para facilitar el movimiento durante el desempeño deportivo. Sin embargo, por una cuestión de lógica y necesidad, esta característica precisa de modificación en el instante en el que el hombre medio pide recurrir a esta pieza de vestir también durante los meses de frío (nos representa). A su vez, aunque también encontramos modelos de algodón, el material más común en este departamento; se añade a esta ecuación una textura de punto en materiales aislantes que convierte a este modelo en una capa más resistente con la que protegernos del frío -sin perder, claro, la esencial original del que es el principal símbolo de la moda smart casual-.
Un extra: el cárdigan o el ‘no jersey’ para seguir una tendencia máxima
Una temporada más, vestir como un padre es cool. Así lo demuestra de nuevo la pasarela internacional, que insiste una vez más en el imaginario preppy para convencernos de que lo añejo también puede tener su encanto (siempre y cuando este se deje recodificar para adaptarlo a una estética adaptada a la contemporaneidad).
Si bien la presencia del chaleco de punto era evidente en temporadas otoño / invierno pretéritas, las firmas de moda de referencia parecen haber otorgado ahora su principal protagonismo a la que es la otra gran prenda de punto con aire ‘niño bien’: el cárdigan o la rebeca que, curiosamente, une a dos nombres tan antagónicos como Steve McQueen y Kurt Cobain, vocalista de Nirvana. De aire naif en Bode, con espíritu grunge y presencia desaliñada en Maison Margiela, oversize en Namesake Lemaire y Etro, con cuello de camisa XL incorporado en Prada o en colores pastel como en Dior Men, Family First, Loewe y Hermès, es prácticamente imposible no encontrar tu perfect match.