La sociedad de la nieve es, sin duda, la gran película española del año. Se ha convertido en una de las más vistas en la historia de Netflix, ha sido nominada a los Oscar en dos categorías -mejor Mejor película internacional y Mejor maquillaje y peluquería- y acumula 13 nominaciones a los premios Goya. No hay que ser experto en cine para saber el motivo de su éxito. La receta es muy simple: es una gran historia que está muy bien contada, muy bien actuada y mejor dirigida.
La película de J.A. Bayona está basada en el libro del mismo título escrito por Pablo Vierci, y su guión ha sido adaptado por el propio Bayona junto con Bernat Vilaplana, Jaime Marques-Olarreaga y Nicolás Casariego.
Pero hay un paso fundamental entre las palabras del guión y la grabación de la película: el storyboard. Este paso, que lamentablemente no se suele premiar -no lo hacen ni los Oscar ni los Goya-, ha sido responsabilidad de Alexis Fibla (Barcelona, 1979). Este artista, que además de haber trabajado anteriormente para Bayona en Jurassic World II, ha dibujado en proyectos tan grandes como Lord of the Rings: RoP, Perfume o The Crown.
Hablamos con este concept & storyboard artist, que ha ayudado en la previsualización de escenas con storyboards e ilustraciones conceptuales sobre los desafíos que supone llevar las palabras al dibujo y los dibujos a la realidad.
GQ: ¿Qué herramientas utilizas para crear tu trabajo?
Alexis Fibla: Inicialmente suelo trabajar con un lápiz y un papel junto al director. Es la manera más rápida de comunicarse, con bocetos muy rápidos para hacer encajes y movimientos de planos. Más tarde trabajo con un iPad Pro en la realización de las viñetas.
GQ: ¿Cómo es tu proceso creativo con el iPad?
Mi proceso creativo con el iPad puede variar según el proyecto. En unas películas trabajo en el Departamento de Dirección, mano a mano con el director haciendo storyboards o keyframes, que son ilustraciones más acabadas que una viñeta de story. En otras producciones trabajo en el Departamento de Arte haciendo concept art y diseños de objetos especiales para la película. En ambos casos el paso inicial es conversar con el director o el director artístico, con un lápiz y un papel. Suelen proporcionarme fotografías de las localizaciones, actores y referencias que puedan ayudarme con los planos.
Dependiendo de la persona con la que esté trabajando o de lo que se haya preparado previamente la escena, tengo más o menos libertad creativa. Hay quien tiene muy definido en su cabeza qué plano necesita exactamente y tengo poco margen para aportar mis ideas. Y también hay otros momentos en los que soy yo el que sugiere parte o el total de algunas secuencias o ilustraciones. Después del diseño en papel, trabajo con el iPad Pro en las imágenes finales que tras ser revisadas por el director tienen el visto bueno final.
GQ: ¿Qué apps utilizas?
Utilizo la aplicación Procreate. Es muy versátil ,me permite hacer bocetos rápidos y también imágenes muy acabadas.
GQ: ¿Cómo empezaste a trabajar con J.A. Bayona?
Empecé a trabajar con J.A. Bayona en 2016, en Jurassic World 2. Teníamos en común a Eugenio Mira, otro gran director con el que yo llevaba años trabajando. Eugenio hizo de director de segunda unidad en JW y le habló de mí. Desde entonces he trabajado en todas sus producciones. Formé parte del equipo español en Nueva Zelanda rodando El Señor de Los Anillos y he trabajado en La sociedad de la nieve desde sus inicios, haciendo unas primeras ilustraciones en 2020 y luego durante más de año y medio desde que arrancó la preproducción y durante casi todo el rodaje.
GQ: ¿Cómo es tu proceso creativo con J.A. Bayona?
Siempre tengo acceso al guión, aunque muchas veces va cambiando y van saliendo versiones. Normalmente el proceso con J.A. consiste en sentarme con él y que me pase toda la información que él suele tener previamente pensada. En ocasiones la decide en el momento de sentarse conmigo y en esas reuniones hace bocetos y me pasa fotografías con los encuadres que necesita. A veces utilizamos maquetas o hace fotografías usando como modelo a quien esté por allí. Yo he sido Canessa o Numa muchas veces, jajajaj. También alguna vez me pide que le haga una propuesta de una secuencia, que si tengo suerte puede utilizar o servir de inspiración para que diseñe la versión final.
GQ: De tus storyboards, me llama mucho la atención que incluso se puede ver la emoción de los personajes, algo que no se ve en otros trabajos de storyboard, que son más esquemáticos... ¿Es un nivel de detalle que te exiges?
Siempre intento expresar lo máximo posible con el tiempo que me dan. A veces hay tiempo de acabar más el trabajo y otras es imposible. Soy bastante rápido e intento dedicarle tiempo a darle aunque sea una intención a esos planos. La luz expresa muchas cosas que pueden ser esenciales para captar lo que sucede en esa escena y al final el storyboard ha de servir para comunicar qué pasa en esos planos a todos los departamentos de la producción.
GQ: ¿Cuál fue la escena más compleja de dibujar de La sociedad de la nieve? ¿Por qué?
La escena más compleja de dibujar de la película creo que fue el alud. En esos días J.A. estaba muy liado en pleno rodaje y no tenía demasiado tiempo para explicarme cómo quería hacerla de manera detallada. Así que me pasó un par de directrices y me dijo que le hiciera una propuesta. Trabajé yo solo con el guión y fui diseñando poco a poco la coreografía de los recorridos de los personajes. Inicialmente son pocos los personajes que están en la superficie, y los que van siendo salvados se lanzan a salvar a otros al momento. Con lo que cada vez hay más personajes moviéndose en un espacio muy reducido. Hice un diagrama con los movimientos de todos los personajes que estaba en las propias páginas del story y que iba enriqueciéndose a medida que avanzaban las viñetas. Yo sabía que tenía que haber en mis dibujos mucho plano corto, puesto que casi no había espacio allí dentro para mover la cámara. Finalmente J.A. usó el storyboard para comunicarse con todo el equipo los días que rodamos el alud. Estaba colgado en unos paneles mientras daba indicaciones antes de rodar. Sirvió como punto de partida para comunicarse con todo el equipo para rodar algo que técnicamente era muy complicado. Una escena en la que se tuvo que improvisar allí mismo, en la nieve y el hielo y sin espacio, bajo las órdenes de J.A.. Pero mi trabajo pudo por lo menos ayudar a situar un poco a todos.
GQ: ¿Cuál es la escena que más impacto te produjo? ¿Por qué?
La escena que más impacto me produjo y en la que trabajé más fue el accidente. Hicimos muchas versiones de esa secuencia. Y usando el guión y gracias al libro de Vierci con los testimonios de los supervivientes, sabíamos qué lesiones sufrieron los pasajeros. De la mano de los nominados al Oscar, David Martí y Montse Ribé, que eran los encargados de recrear esas heridas e impactos en los actores y con dummies, diseñamos unos storyboards con planos en los que se pudiese ver cómo durante el accidente se generaban esas fracturas y lesiones. Para que luego J.A. decidiese cuales usar y cuales no.
GQ: Hay abundante material fotográfico de los supervivientes, ¿Te has inspirado en él? Si la respuesta es sí, ¿cómo ha influido en tu trabajo para La Sociedad de la Nieve?
Desde el principio me mandaron fotografías y me impactaron. Nunca había visto las imágenes reales y fue sobrecogedor ver la miseria con la que tuvieron que convivir.
GQ: ¿Qué sientes cuando ves en la pantalla lo que has dibujado?
Pues es muy gratificante ver planos que son muy parecidos a dibujos tuyos en una pantalla de cine. Eso significa que has sabido interpretar perfectamente al director. Misión cumplida. Un orgullo muy grande.
GQ: ¿Qué hace que un storyboard sea bueno?
Un storyboard es una herramienta de comunicación. Es clave para que todos los departamentos de una película sepan qué tiene pensado el director para realizarla. Es una pieza común en cada despacho y puede servir tanto de punto de partida como de meta a alcanzar. Un storyboard bueno es aquél que hace salir a la superficie dudas importantes que haya que solucionar antes del rodaje. Y a la vez un storyboard es bueno también si se acerca el máximo posible a la idea que el director quiere expresar.
