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La desinformación a través de la IA: el mayor riesgo que enfrenta el mundo para el World Economic Forum

El contenido fake, una legislación más estricta o los diferentes usos de la IA son objeto de debate constante.
La desinformación a travs de la IA el mayor riesgo que enfrenta el mundo para el World Economic Forum
Andriy Onufriyenko/Getty Images

La desinformación es el mayor riesgo al que se enfrenta actualmente el planeta a corto plazo. Según el World Economic Forum (WEF), nuestro incipiente uso de la inteligencia artificial (IA) ha dado un nuevo impulso a la difusión de información manipulada y falsificada, un problema que los humanos siempre hemos padecido pero que se ha hecho más acuciante con las redes sociales e internet.

Aproximadamente 3.000 millones de personas —aproximadamente la mitad de la población global— votarán en los próximos dos años, por lo que sus ciudadanos serán potencialmente bombardeados con anuncios, noticias y vídeos para que se decanten por uno u otro candidato

El problema que ahora presenta la IA es la capacidad de acelerar la velocidad a la que se crean nuevos contenidos, mientras que estas herramientas permiten automatizar su difusión e incluso personalizar los mensajes y dirigirlos a un perfil específico.

Según el Global Risks Report 2024 elaborado por el WEF, la desinformación creada y enviada a través de herramientas de IA puede desencadenar disturbios civiles y confusión dentro de los países, así como aumentar potencialmente la falta de confianza en los medios de comunicación tradicionales y gubernamentales.

Ante esta situación, los reguladores de todo el mundo ya están trabajando para intentar limitar el uso indebido de la IA, pero, como suele ocurrir, es probable que la velocidad a la que avanza la tecnología supere al proceso legislativo.

Nuevo contenido ‘fake’ creado por la IA

En su informe, el WEF destaca la creación de contenidos sintetizados con modelos de IA como uno de los mayores riesgos para la difusión de desinformación. Dentro de este grupo se encuentran el diseño de clonación de voz, las páginas web falsificadas o los llamados deepfakes, una técnica de IA que permite crear vídeos falsos de personas que pueden ser reales o no.

Estos contenidos sintetizados suponen un gran problema para obtener información veraz. La propagación de un vídeo o audio falso presenta multitud de retos como la dificultad de rastrear la fuente original para verificar la información o la rápida propagación y viralización del contenido.

Otro reto que presentan estos contenidos es la dificultad para detectar si se trata de información falsa o veraz, ya que estos mensajes pueden ser muy convincentes. Incluso, se puede llegar al punto en el que el contenido sintético simule eventos que nunca ocurrieron, lo que puede tener consecuencias graves si se utiliza con fines desinformativos

IA y desinformación: división social

La polarización es un problema que estamos sufriendo en los últimos años, como hemos comentado anteriormente. Las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea son herramientas perfectas para difundir mensajes que confirman nuestras creencias, ya sea a través de contenidos verdaderos o falsos.

Ya es habitual que cuando recibimos un mensaje nos cuestionemos si ha sido manipulado o no, lo que permite sembrar la semilla de la polarización social. Ahora bien, la IA es una herramienta que, a pesar de sus ventajas, amplifica el problema de desinformación que vivimos, fomentando así la confusión social entre grupos con opiniones divididas.

Para el WEF, la exacerbación de la división social es un reto para los procedimientos democráticos de los países, ya que puede desestabilizar los procesos electorales. Ante esta situación, algunos ciudadanos pueden radicalizarse e incluso llevar a cabo acciones terroristas, lo que puede tener consecuencias graves para los países y sus gobiernos al incrementar la conflictividad.

¿Mayor regulación para combatir la desinformación?

La regulación es la respuesta habitual para responder al probable incremento de la desinformación a través de la IA. Sin embargo, las peticiones de más legislación para controlar este problema podrían desencadenar un aumento del autoritarismo digital de los gobiernos, advierte el WEF.

Es probable que los gobiernos se encuentren en una posición cada vez más difícil para determinar lo que es cierto de lo que no lo es, lo que podría impulsar el deseo de los políticos de controlar las voces desconsideradas acusándolas de supuesta difusión de desinformación.

Este es, para el WEF, un riesgo derivado del uso masivo de la IA que busca influir en los procesos electorales, ya que puede acabar generando un mayor control de internet y erosionando la libertad de expresión, bajo la premisa de combatir los mensajes falsos. Este sería un escenario que también provocaría un aumento de la desconfianza de los ciudadanos hacia los gobiernos.

Pérdida de trabajo, usos militares: los otros riesgos de la IA

El WEF identifica la desinformación como el principal problema derivado del uso masivo de la IA por sus múltiples implicaciones. La pérdida de confianza en los procesos democráticos, principal objetivo de la desinformación, puede tener muchas consecuencias.  Sin embargo, la IA plantea otros problemas como la pérdida masiva de puestos de trabajo, el uso militar o el aumento de los ciberataques a empresas y gobiernos.

El avance de la IA llevará a la creación de armas inteligentes que podrían decidir por sí solas si matar o no a una persona. Al mismo tiempo, el FEM considera que estas nuevas herramientas provocarán la pérdida de miles de puestos de trabajo y una mayor desestabilización social.

Todo esto llama a la reflexión para decidir cómo debemos utilizar esta tecnología innovadora, pero para mantener un debate sano sobre esta cuestión lo primero que se necesita es información veraz. De ahí que la desinformación sea el principal problema señalado por el informe del WEF.