Cuidados

Así es Augustinus Bader, la marca cosmética favorita de Leonardo DiCaprio y Victoria Beckham, según el propio Augustinus Bader

En 2018, Augustinus Bader y Charles Rosier decidieron fundar una firma que pusiera el foco en la cosmética regenerativa. Cinco años después, es la líder en este movimiento y la favorita de algunas de las celebridades más seguidas del mundo.
Leonardo DiCaprio uno de los fans indiscutibles de Augustinus Bader.
Leonardo DiCaprio, uno de los fans indiscutibles de Augustinus Bader.Jason LaVeris

¿Qué es capaz de lograr un ser humano en 5 años? Algunos consideran este lustro un periodo de tiempo insuficiente para cumplir con su propósito vital. Otros, como Augustinus Bader, exprimen hasta la extenuación este mismo ciclo para protagonizar un hito sin parangón. En el caso específico de Bader, la misión de revolucionar la industria cosmética desde sus cimientos para erigirse en uno de los indispensables líderes de la vanguardia de la ciencia cosmética. Y, durante el camino, entrar en los neceseres de personalidades como Leonardo DiCaprio, Victoria Beckham o Gwyneth Paltrow. Todo en 1.825 días.

Alzarse con dicho logro no es éxito de un día, claro está. Sin embargo y a modo de curiosidad, la trayectoria de quien en verdad es un doctor alemán prácticamente anónimo hasta ayer, como quien dice, no comenzó hace media década. Ni hace una. Ni hace dos. A día de hoy, Augustinus Bader puede presumir de una trayectoria profesional de más de tres décadas en el universo de la medicina -con acreditaciones especiales en biología y la farmacología- que ha desempeñado después de una formación global tanto en Alemania, país del que es natural, como en China, Suiza y Norteamérica. De ahí que Bader ejerza a día de hoy como director de Tecnología Celular Aplicada y la Investigación con Células Madre en la Universidad de Leipzig.

Remarcable, sí. Incluso abrumador. Sin embargo, ¿cuál es el nexo de unión entre la carrera académica y profesional de Augustinus Bader y la industria de la belleza regenerativa? Efectivamente, su firma cosmética homónima, la cual fundó en el año 2018 junto a Charles Rosier, socio con un enorme interés en la biotecnología -de hecho, colaboró previamente con Etienne Emile Baulieu, padre del aborto farmacológico, en la financiación de investigaciones sobre lesiones de la médula espinal- con el objetivo de reforzar el foco en la ciencia a la hora de comenzar la travesía de la cosmética regenerativa, la gran conversación beauty en el presente.

Crema hidratante de rostro The Cream (50 ml), de Augustinus Bader

Limpiador The Foaming Cleanser, de Augustinus Bader

5 años -2 de ellos en plena pandemia- y 105 premios después -sin contar los que el doctor guarda por su trayectoria fuera de la industria de la belleza-, el triunfo es inequívoco. Al preguntarle a Bader sobre su retrospección durante una conversación que mantuvimos a principios del pasado junio en los jardines del Hotel Santo Mauro, tres son las palabras que resumen su conclusión: trabajo en equipo. “Es increíble lo que hemos vivido en estos cinco años. Gracias a Charles [Rosier] y a nuestro equipo, claro, por el cómo hemos desarrollado este proyecto. Es un muy buen esfuerzo en equipo. También hemos tenido mucha suerte al dar con un buen producto, claro”, explica Bader. Entonces, su socio Rosier coge el relevo. “Considero que la clave del éxito ha sido que la gente que tiene acceso a cada cada cosmético disponible en el mercado ha podido comprobar los beneficios reales del descubrimiento de Augustinus”, comenta.

¿Y cuál es exactamente ese descubrimiento en el que Rosier hace énfasis? Toca, de nuevo, viajar al pasado. Hace tres décadas, Augustinus Bader se convirtió en la primera persona en encontrar evidencias sobre el despertar de las células madre dominantes con el objetivo de regenerar nuestro organismo a niveles nunca antes explorados en el mundo de la medicina. Sin embargo, el nombre del doctor no llegó a oídos de Rosier hasta dos décadas después gracias a un amigo multimillonario en común que estaba obsesionado con el envejecimiento digno y la optimización de la salud, por lo que estaba muy al día con los avances de la medicina regenerativa. “Mi amigo me habló de Augustinus como del rey en la investigación de las células madre y, como yo conocía sus ambiciones en este campo y él sabía que yo estaba colaborando con Etienne Emile Baulieu en la investigación de la médula ósea, me lo tomé al pie de la letra y puse a Bader en contacto con Baulieu”, cuenta el socio de Bader.

Un par de años después, Charles Rosier viajó a Leipzig para visitar a Bader y fue ahí cuando escuchó hablar del ansiado descubrimiento: un gel cicatrizante experimental con el que lograron rehabilitar la piel con quemaduras severas de un niño de Munich, de tan solo dos años y medio de edad, en tan solo seis meses y sin tener que recurrir a un transplante de piel, en aquel momento la opción común -y también más dolorosa y ardua-. “Todavía no se han resuelto del todo los problemas asociados a la formación de cicatrices, que básicamente son la cicatrización no funcional y el traumatismo masivo de la piel, y esto tiene que ver con una falta de productos, una falta de conocimiento y una falta de traducción a la vida real”, desarrolla Bader. En ese momento, Rosier vio el potencial de dicha fórmula para curar heridas graves durante crisis bélicas internacionales -nos mencionó Siria y Ucrania- y se preguntó por qué dicha tecnología no estaba disponible en el mercado. “Básicamente, Augustinus pudo financiar la primera parte de los ensayos clínicos como profesor universitario, pero eran necesarios millones y millones de euros para continuar con las fases dos, tres y cuatro”, nos desarrolla Rosier.

Aceite facial The Face Oil, de Augustinus Bader

Mascarilla facial The Face Mask, de Augustinus Bader

El cofundador de la firma Augustinus Bader, sin embargo, no se daba por derrotado. “Me interesé por este proyecto porque pensé que tenía un propósito cuyo impacto para la comunidad iba a ser magnánimo. Cuando trabajas en el mundo financiero, no sueles tener la sensación de estar salvando al mundo o ayudando a millones de personas, por lo que para mí fue una especie de revelación”, recuerda Rosier. Y ahí fue cuando hizo la gran pregunta. “De repente, Charles se acercó a mí y me preguntó si podía aplicar la fórmula cicatrizante a una crema antiarrugas. Le respondí que sí, pero no lo consideré más seriamente hasta dos años después”, continúa Bader. La semilla del que iba a ser un hito en la industria cosmética acababa de plantarse.

Así es como surge el gran reclamo de Augustinus Bader: el Trigger Factor Complex, también denominado TFC8. Se trata de una tecnología patentada presente en todo el catálogo de la firma cosmética -que no solo incluye remedios faciales, sino también tratamientos para el cabello y el cuerpo- que toma la forma de un cóctel de aminoácidos, vitaminas y moléculas sintetizadas que activa la reparación cutánea (independientemente del motivo del mal estado de la piel) de manera que el cuerpo repara la piel de manera inteligente según sus propias necesidades. ¿Y por qué aplicar este complejo regenerativo a una fórmula antiarrugas? “Hay veces en las células de tu piel remodelan y reparan la piel pero en una dirección equivocada. Con este complejo, guiamos a las células progenitoras de la piel para que el proceso de reparación sea óptimo”, describe Bader. “No obstante, nuestros productos no tienen absolutamente nada que ver con el transplante de células, sino con la mejora de la eficiencia para que las células hagan su trabajo correctamente. Más que una tecnología de células madre es un mecanismo de autocuración”, incide el científico.

The Leave-In Hair Treatment, de Augustinus Bader

Sérum The Retinol Serum, de Augustinus Bader

Después de probar, formular, reformular y volver a probar, surge la firma cosmética Augustinus Bader en el año 2018. Una enseña que, aunque con una fanbase mayormente femenina, es completamente unisex. “Nuestra tecnología no distingue entre una piel de un hombre y una piel de una mujer. La piel es piel. De hecho, yo uso mucho nuestra línea cuando me afeito porque mi piel se irrita menos y no se corta tanto. Al fin y al cabo, nuestro mecanismo se basa en nuestra propia biología sin importar el género, raza o edad de una persona. Tenemos que adaptarnos a las rutinas de nuestros consumidores, simplemente”, reclama Bader.

El 30% de nuestros consumidores son hombres. Además, nuestro packaging es muy neutro, por lo que en ningún momento denota que el público sea exclusivamente femenino. Sin ir más lejos, para nuestra primera campaña contratamos a un modelo negro y a una modelo angloindonesia", defiende Rosier. “Sabemos que nuestra marca le interesa a los hombres. Todavía nos acordamos del momento en el que leímos que habían fotografiado en Los Ángeles a la asistente de Leonardo DiCaprio con 20 de nuestras cremas. Tenemos un respaldo orgánico”, continúa.

Un respaldo orgánico liderado por un sinfín de celebridades entre las que se encuentra el propio DiCaprio y algunas de las mujeres más poderosas del planeta como Victoria Beckham, quien colaboró con Bader en 2020 tras confesarle su obsesión por sus productos; Gwyneth Paltrow, quien tiene su propia marca de belleza y estilo de vida, Goop; Charlize Theron, imagen de Dior Perfumes; o Natalia Vodianova, imagen de Guerlain. “Si soy franco contigo, nunca hemos pagado a celebridades para que sean nuestras embajadoras porque nunca hemos tenido el dinero para permitírnoslo”, se sincera Rosier. “Sin embargo, así queda claro que su amor por nuestros productos es orgánico y no está impulsado por un contrato de millones de euros, lo que aporta una mayor credibilidad. Cuando estos grandes nombres explican en entrevistas o en sus redes sociales que les gusta un producto nuestro, lo hacen porque lo creen de verdad. Bobbi Brown, una de las maquilladoras más populares del mundo, decidió invertir en Augustinus Bader cuando comprobó que nuestro tratamiento era el único que le hacía efecto. Sin contar el aluvión de comentarios positivos que recibimos en nuestras redes de gente anónima porque han observado cambios evidentes en su piel, lo cual nos da un extra de motivación para seguir trabajando”.

Champú capilar, de Augustinus Bader

The Scalp Treatment, de Augustinus Bader

No obstante, tan solo han pasado 5 años desde que la primera crema de Augustinus Bader se puso a la venta. ¿Qué cambios se preven en la industria que el propio Bader ha impulsado? “El siguiente paso será la personalización absoluta de la rutina cosmética”, se atreve a predecir el doctor germano. “La ciencia nunca duerme, por lo que seguiremos en nuestra dirección para mejorar aún más nuestra tecnología desde el punto de vista de la biomímesis [proceso de observar, entender y aplicar soluciones procedentes de la naturaleza a los problemas humanos, en forma de biomateriales de toda índole]”. Sí, el futuro ya es el presente de la cosmética.